domingo, 6 de marzo de 2011

Los que comparan a Santos con Uribe. (III Parte)
Reflexiones sobre la protesta del 4 de marzo (Una locura twittera)

La paradoja de la polarización política, que se alimenta con los trinos de uno y otro lado es que la tercera vía de Santos y de su unidad nacional, lo que ha hecho es exacerbar el fanatismo y retórica sin sentido. Los furibistas asaltan a Santos por traición, los santistas continúan añorando un JMS con poncho y los de la izquierda capitalizan wikichismes para recordarle a Uribe que polarizó el país.

Dónde terminará el frenético espiral? Será que encontraremos el punto medio? Las democracias más expertas nos ofrecen un camino difícil y sinuoso, no olvidemos las palabras de Margaret Thatcher: "Estar en medio de la carretera es muy peligroso, te atropella el tráfico de ambos sentidos".

Una sociedad donde la libertad individual, los derechos humanos, el desarrollo económico, la justicia y la equidad social crezcan, tiene que estar basada en un medio civilizado que desarrolle la nación con un diálogo transparente y permanente para consensuar y establecer acuerdos políticos, permitiendo a las instituciones dentro del marco del estado de derecho, estimulando al capital y a las clases sociales a producir en armonía las riquezas para vencer la miseria que agobia a muchos colombianos.

El Estado es símbolo de justicia, según Hobbes. Pareciera que políticos, politólogos, periodistas, columnistas, economistas, empresarios, banqueros e industriales de Colombia, descartaran esa afirmación por ignorancia o conveniencia y eso nos lleva a un Estado debilitado por corrupción rampante e ilegalidad.

No se equivocaba Montesquieu cuando en el espíritu de las leyes dice: "Cuanto más absoluto se hace el poder de un hombre, más piensa el mismo hombre en simplificar las leyes. Se atiende más a los inconvenientes con que tropieza el estado que a la libertad de los individuos, de la que realmente no se hace ningún caso. Los hombres son todos iguales en el régimen democrático y son iguales en el régimen despótico: En el primero ellos lo son todo; en el segundo no son nada."

"Lo que se puede y se debe hacer en todas circunstancias, lo que todo gobierno tiene la obligación de hacer, es tratar de establecer un imperio de la ley". Dice Karl Popper en la Lección de este Siglo.

Ampliando a Hobbes, los hombres, antes de pactar entre sí, vivían en un estado de guerra de todos contra todos, por tanto carente de justicia. Tampoco había leyes, ni propiedad, ni civilización alguna. En concreto, no existían los derechos, y por tanto era imprescindible buscar una solución eficaz. Deciden por mutuo acuerdo nombrar un garante de sus derechos y obligaciones; entonces nace el Estado y sólo a partir de ese momento queda instaurada la justicia.

De pronto hay cierta similitud entre esa descripción Hobbesiana prenatal del estado y nuestra sociedad, con la diferencia de que en Colombia hemos logrado consolidar un cuasiestado que nunca ha logrado justicia para todos, ni sobre la constitución del 86 y mucho menos sobre la del 91.

Uribe nunca pudo reformar el poder judicial, pues éste está en manos de leguleyos que se han encargado de crear una dictadura de togas que solo cambiará cuando la corrupción y la injusticia dejen de reinar en ellos. Santos trata de hacer lo mismo con un talante más conciliador, pero el avance es y será poco, porque como dice Montesquieu las cortes abogarán cada vez más por un poder absoluto. La teoría de los balances, controles y colaboración armónica de las tres ramas del poder trabaja muy bien en otras democracias, porqué no sucede lo mismo en la nuestra?

No se trata de que si Uribe hizo bien o mal, él es historia y nunca será presidente otra vez, o por lo menos hasta que la jurisprudencia cambie. Se trata de que Santos pueda en su tecnocracia, reformar profundamente el Estado para que brinde justicia y equidad social.

Los fúricos de un lado y del otro debemos informarnos y educarnos un poco antes de continuar una polarización que le conviene a los que si tienen un norte bien trazado. Estamos siendo llevados a una negociación de paz con las FAR sin C, porque nunca han representado los intereses de ningún colombiano, liderados por una izquierda raquítica que se retroalimenta con el Foro de Sao Paulo.

En principio, la insurgencia y la combinación de todas la formas de lucha, es una posición que toman algunos cuando se rinden a la evidencia de un estado fallido. En Colombia es chistoso y aberrante ver como algunos politiqueros alimentan una revolución que nunca tuvo asidero político, reconociendo la legitimidad de un estado de derecho siendo yuxtapuestas.

Los que comparan a Santos con Uribe, pierden el tiempo. Cada presidente tiene su poder y su periodo, lo que se hizo o no se hizo es historia, ahora con los talleres a fortificar un partido cofundado por Santos. Lo que se puede hacer y talvez no se haga es el reto nuestro en este momento, con el presidente que tenemos.

Tengo dos reclamos, uno para cada uno.

Sr. Uribe, por andar buscando un tercer período descuidó el aspecto de su sucesión y como todo en política, es posible que ud y Santos estén de acuerdo, pero los ciegos de abajo no lo percibimos. Demando de usted una respuesta abierta y franca cuando el pueblo se confunde, la diplomacia entre ustedes no percola hasta el ciudadano común. Parecemos ovejas sin pastor y la flauta se oye cada vez más lejos.

Sr. Santos, mi voto fué por usted y demando de usted claridad en la política que usted ofreció en la campaña. En la marcha que usted, su gobierno y los medios que controla no apoyaron, demandamos la fuerza del Estado de Derecho a través de la fuerza pública para reducir, acabar y derrotar a los violentos de todas las clases (Farc. Eln, Paras, Bacrim) sentarse a negociar con terroristas viola la Constitución Nacional. Mucho más cuando en la mesa de negociaciones está la Paz, derecho fundamental consagrado en la CN y en la DUDH.

Parte 4 La corrupción rampante!


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